Cómo la URSS liberó a Europa del nazismo: el hito eterno que Occidente trata de olvidar
RT Actualidad
DOMINGO, 20 ABRIL 2025: En víspera del 80.º aniversario de la gran victoria sobre el nazismo y en el contexto de intentos de varios países occidentales de reescribir la historia, el tema de la liberación de Europa por el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial adquiere un significado especial.
Austria, Albania, Bélgica, Dinamarca, Grecia, Luxemburgo, Noruega, los Países Bajos, Polonia, Francia, Checoslovaquia y Yugoslavia estuvieron bajo el yugo del agresor nazi. Mientras, Hungría y Rumanía, eran aliados de la Alemania de Hitler, y Bulgaria y Finlandia, perdieron su independencia. Los territorios de varias repúblicas soviéticas –Bielorrusia, Ucrania, Estonia, Letonia y Lituania– también estuvieron bajo ocupación alemana.
Las grandes victorias del Ejército Rojo en otoño e invierno de 1942 crearon las condiciones para una ruptura fundamental en el curso de la guerra. Desde finales de diciembre, las tropas soviéticas tomaron la iniciativa estratégica en el frente, lo que marcó el inicio de la liberación de Ucrania. El mundo entero observaba el rápido avance de las fuerzas soviéticas a través del territorio ucraniano entre el invierno de 1943 y la primavera de 1944. Las defensas alemanas sucumbieron y las tropas soviéticas se acercaban rápidamente a las fronteras de la URSS anteriores a la guerra, aproximando la liberación de Europa.
Entre 1944 y 1945, aproximadamente 7 millones de soldados soviéticos lucharon por la libertad de 11 naciones del Viejo Continente, con una población de unos 113 millones de habitantes. En total, más de 1 millón de efectivos soviéticos murieron en los campos de batalla extranjeros, y las pérdidas totales del Ejército Rojo, junto con los heridos y desaparecidos, ascendieron a más de 3 millones de personas durante la liberación de Europa. Ellos dieron su vida ayudando a todos los pueblos en su lucha de liberación contra la tiranía y por el derecho a establecerse libremente en su propia tierra.
Rumanía: primer paso a la Europa libre
Entre febrero y marzo de 1944, el Ejército Rojo llevó a cabo 10 operaciones contra las fuerzas alemanas y alcanzó la frontera con Rumanía, una potencia del Eje. Se crearon las condiciones para la ofensiva de las fuerzas de la URSS en dirección suroeste con el objetivo de despejar completamente de nazis las repúblicas soviéticas de Ucrania y Moldavia, retirar de la guerra a los aliados balcánicos de Alemania y liberar Yugoslavia.
El mando alemán planeó ocupar completamente Rumanía en el verano de 1944. La Operación Iasi-Chisinau (20-29 de agosto de 1944) trastocó todos los planes del enemigo. El 24 de agosto, la capital de la Moldavia soviética, Chisinau, fue liberada. En cuestión de pocos días, la principal fuerza alemano-rumana fue rodeada y privada de su poder de combate.
La aplastante victoria del Ejército Rojo se convirtió en un incentivo para derrocar el régimen profascista de Ion Antonescu en Rumanía. El 23 de agosto, estalló un levantamiento en el país. Como resultado, el dictador fue arrestado y se formó un nuevo gobierno, que anunció la retirada de la guerra del lado de Alemania, aceptó las condiciones de paz y solicitó ayuda militar a la URSS.
El 31 de agosto, las tropas soviéticas entraron en Bucarest y la población acogió con alegría a sus libertadores. Las unidades rumanas desertaron masivamente y participaron en combates contra las tropas alemanas. El 12 de septiembre se firmó en Moscú un armisticio con Rumanía, que fue completamente liberada entre septiembre y octubre de 1944.
Bulgaria: liberación sin derramamiento de sangre
Bulgaria se puso del lado del bloque fascista contra EE.UU. y el Reino Unido ya en diciembre de 1941. Los efectivos del Ejército búlgaro servían como tropas de ocupación en Grecia y Yugoslavia, y las fuerzas alemanas utilizaban toda la infraestructura de transporte del país. Sin embargo, Sofía no participó formalmente en las operaciones militares contra la Unión Soviética, ya que los círculos dirigentes proalemanes del país se vieron obligados a contar con los sentimientos amistosos del pueblo búlgaro hacia los rusos, que les liberaron del yugo otomano en 1878.
La deserción de Rumanía a la coalición anti-Hitler provocó una remodelación en la cúpula de Sofía, que declaró su neutralidad, pero las unidades alemanas siguieron moviéndose libremente por su territorio. La URSS se vio obligada a declarar la guerra a Bulgaria y comenzó la operación búlgara (5-9 de septiembre de 1944). El 8 de septiembre, las unidades terrestres y la Flota del Mar Negro entraron en el país sin resistencia y prácticamente sin derramamiento de sangre. Los partisanos búlgaros se unieron al Ejército Rojo.
Al día siguiente, se produjo un levantamiento popular en el país: las autoridades proalemanas fueron derrocadas y se formó el Gobierno del Frente Patriótico, que posteriormente declaró la guerra a Alemania y a su aliada Hungría. Además, se ordenó la retirada de las unidades búlgaras de Grecia y Yugoslavia, se prohibieron las organizaciones nazis y comenzó la reestructuración de las instituciones estatales.
Como resultado, el gobierno antifascista provisional húngaro declaró la guerra a Alemania y firmó un armisticio con la URSS. No obstante, los combates continuaron. Hitler consideraba Hungría una importante base de materias primas y un puesto defensivo del Tercer Reich. El mando nazi decidió lanzar en marzo de 1945 una campaña en la zona del lago Balaton, que se convirtió en la última gran contraofensiva de los nazis en el transcurso de la guerra. La competente defensa antitanque de las tropas soviéticas destruyó todos los planes y esperanzas del enemigo.
Con la pérdida de su último aliado, Berlín se vio privado de un importante número de fábricas militares, así como de ricas reservas de bauxita y petróleo. Al mismo tiempo, para el Ejército soviético se crearon condiciones favorables para la ofensiva en dirección a Austria.
Noruega: la mayor ofensiva en el Ártico
Al mismo tiempo, continuaban las batallas en el norte de Europa. Aunque Noruega tenía un estatus neutral, el Tercer Reich la invadió con el pretexto de defenderla de una posible agresión por parte del Reino Unido y Francia. Los alemanes establecieron un estricto régimen de ocupación, utilizaron ese territorio como base militar para operaciones contra los convoyes aliados del norte, a través de los cuales la URSS se abastecía de suministros en el marco de la ley de Préstamo y Arriendo. Así que, para Moscú fue estratégicamente importante liberar las regiones polares soviéticas y el norte de Noruega.
La mayor ofensiva en el Ártico –la Operación Petsamo-Kirkenes– se realizó del 7 al 29 de octubre de 1944. El 15 de octubre, las tropas de la URSS tomaron la ciudad y el puerto de Petsamo, provincia finlandesa cedida a la Unión Soviética. El 25 de octubre, la ciudad noruega de Kirkenes fue liberada en encarnizados combates. Aunque los nazis comenzaron a destruir brutalmente la localidad, entre el estruendo de las explosiones y el fuego de los incendios, los militares soviéticos impactaron focos de resistencia enemiga. Tras la derrota, las tropas de Hitler se retiraron precipitadamente hacia el interior del territorio noruego, mientras las fuerzas soviéticas pasaron a la defensiva: su tarea estaba cumplida. La entrada del Ejército soviético en el norte de Noruega marcó el comienzo de la liberación del país de la ocupación alemana.
Tras ver las atrocidades de los invasores alemanes, los lugareños acogieron calurosamente a los libertadores. Con la llegada del Ejército Rojo, la población local recibió raciones de comida, los médicos militares soviéticos ayudaron a los noruegos liberados a luchar contra las epidemias y trataron a los heridos y enfermos graves, mientras que los ingenieros del Ejército Rojo reconstruyeron la infraestructura portuaria.
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