24 de abril de 1965: Hoy se cumplen 60 años de aquel grito de libertad que buscó restaurar la Carta Magna

 

Por Tomás Vidal Rodríguez 

EN SANTO DOMINGO, jueves, 24 abril 2025:  Poco después de la 1:00 p.m., de aquel 24 de abril de 1965, un pelotón del Batallón de Artillería del Ejército Nacional —ubicado entonces en el km 6½ de la autopista Duarte (hoy sede de la UNPHU)— se sublevó contra el gobierno del Triunvirato, exigiendo el retorno de Juan Bosch a la presidencia sin necesidad de nuevas elecciones.

La rebelión fue encabezada por el mayor Píndaro Peña Perelló y el mayor Ozuna Romance, oficial ejecutivo del campamento, junto a otros oficiales comprometidos. Los insurrectos contaban con cuatro cañones Howitzer de 105 mm, cuatro ametralladoras calibre .30, dos de calibre .50 y diverso armamento ligero. Desde sus posiciones marcharon hacia la Zona Colonial, donde no esperaban refuerzos.

Un levantamiento que prendió como pólvora

Sin embargo, a la insurrección inicial que solo contaba con un destacamento provisto de armamento pesado, fue pronto secundada por unidades de infantería, la Guardia Presidencial e incluso sectores de la Fuerza Aérea Dominicana, dando origen al Movimiento Constitucionalista.

Hacia la tarde, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó —alertado por el capitán Giovanni Gutiérrez mientras almorzaba en casa de su familia— se unió a los rebeldes, consolidando su liderazgo militar.

Simultáneamente, el doctor José Francisco Peña Gómez tomó las ondas radiales de Tribuna Democrática (Radio Comercial) para convocar al pueblo:

“Hermanos dominicanos, unámonos a nuestros valientes militares y defendamos la Carta Magna.”

Choque y escalada internacional

Durante el 25 de abril, los enfrentamientos entre constitucionalistas y tropas leales al Triunvirato, dirigidas por el general Elías Wessin y Wessin, dejaron centenares de muertos y heridos —entre soldados y civiles atrapados en la Zona Colonial y Ciudad Nueva—. La población se dividió: barrios populares se solidarizaron con los sublevados, mientras sectores de la capital permanecieron leales al gobierno de facto.

El 28 de abril, bajo la Operación Power Pack, desembarcaron en puertos y aeropuertos de Santo Domingo más de 20, 000 soldados estadounidenses. Con el pretexto de proteger connacionales y restablecer el orden, aviones F-100 sobrevolaron la ciudad y unidades de desembarco tomaron posiciones en Haina, provocando protestas de varios sectores nacionales y de toda América Latina.

Mediación y fin del conflicto armado

La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó el 28 de abril el envío de una Fuerza Interamericana de Paz. Bajo el mando del almirante brasileño Jorge F. B. Amaral, unos 6, 300 militares de 14 países se desplegaron en mayo para supervisar el alto el fuego, escoltar convoyes de ayuda y garantizar la protección de civiles.

El 1 de mayo, representantes del Triunvirato y los constitucionalistas firmaron el Acuerdo de la OEA, que contemplaba:

Retiros sucesivos de fuerzas estadounidenses.

Amnistía para los sublevados.

La creación de un Gobierno Provisional, inicialmente bajo José Rafael Molina Ureña y, a partir del 4 de mayo, encabezado por Francisco Caamaño.

La convocatoria de elecciones supervisadas por la propia OEA.

Consecuencias políticas y humanas

Víctimas: Se calcula que más de 2, 000 civiles y militares murieron, y cerca de 3, 000 resultaron heridos.

Transición democrática: El 3 de septiembre, Héctor García Godoy asumió la jefatura de un gobierno de transición encargado de organizar comicios.

Elecciones de 1966: El 27 de junio resultó elegido Joaquín Balaguer, con aproximadamente el 57% de los votos, marcando el retorno formal al orden electoral.

Exilio y retorno de Caamaño: Tras el triunfo de Balaguer, Caamaño partió al exilio. Intentó regresar clandestinamente en 1973 para un nuevo alzamiento, pero fue capturado y murió en el combate.

Legado histórico

La Revolución de Abril no solo restituyó la Constitución de 1963: puso a prueba la soberanía nacional frente a la intervención extranjera y fortaleció la conciencia democrática del país. Hoy, el 24 de abril se recuerda como el día en que los cañones del Batallón de Artillería resonaron, no para reprimir, sino para clamar por el imperio de la ley y la voluntad popular.

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