Mami Magda, la abuela que lleva más de cuatro décadas recreando el nacimiento de Jesús

 Mami Magda junto a su nacimiento de Navidad. José Alberto Maldonado

MARTES, 03 DICIEMBRE, 2024: Sus creaciones navideñas comienzan con la ciudad de Belén, luego con la de Judea y concluye con Nazaret, esta última según la historia bíblica, fue donde Jesús (niño) pasó sus primeros años de vida y el lugar de procedencia de su familia.

La anfitriona se ha esmerado en crear una ambientación navideña que invita a la reflexión y al espíritu de la época.

“Yo quería en honor a Jesús, porque yo soy creyente, poner su nacimiento en vía pública, ¡y ya mi sueño ha sido logrado!, exclamó con voz enérgica Magda Aidelise González de Miguel, al enterarse que su decoración, en honor al nacimiento de Jesucristo, sería publicada en LISTÍN DIARIO.

Hace 47 años empezó todo, cuando mami Magda (como desea le llamen sus cercanos) empezó a crear nacimientos para mostrar la vida sencilla de Jesús como reza el villancico en su honor y para recordarnos su legado de amor, paz, concordia y armonía, pero sobre todo, para mostrarnos su humildad.

Sus creaciones navideñas comienzan con la ciudad de Belén, luego con la de Judea y concluye con Nazaret, esta última ciudad en donde conforme a lo que registra la historia bíblica, es en donde Jesús (niño) pasa sus primeros años de vida y el lugar de procedencia de su familia.

Nacimiento de Jesús. José Alberto Maldonado

La amante de las tradiciones navideñas dedica semanas a preparar una exhibición única del nacimiento, inspirada en las escenas bíblicas del pesebre de Belén y en su amor a todo lo que asegura “Dios ha hecho en su vida”.

En Tierra Santa fue el lugar donde los ojos de Magda confirmaron que los sueños se hacen realidad, cuando su hijo menor la llevó a visitar Madrid, Grecia, e Israel y pudo presenciar la basílica donde se afirma nació el “Hijo del hombre”.

Para muchos la Navidad puede tener diferentes significados, pero para ella es un “recordatorio del nacimiento del hijo de Dios hecho hombre”, expresando la felicidad que le da armar sus arbolitos, poner sus luces y, sobre todo, poner el nacimiento como expresión de gratitud e infinita belleza.

“Esa es mi Navidad porque ya uno llega a una edad que no puede comer mucho porque le sube la azúcar; no puede bailar mucho porque viene y te duele la rodilla y entonces para mí la Navidad es esto: mi nacimiento”, dijo.

“Yo quería en honor a Jesús, porque yo soy creyente, poner su nacimiento en vía pública, ¡y ya mi sueño ha sido logrado!, exclamó con voz enérgica Magda Aidelise González de Miguel, al enterarse que su decoración, en honor al nacimiento de Jesucristo, sería publicada en LISTÍN DIARIO.

Entre luces y colores es la alegría con la que se vive la temporada más anhelada para Magda. Temporada que inicia según su estado de ánimo, pero que regularme comienza desde septiembre u octubre, sin embargo, a pesar de quitar el arbolito y las luces, afirmó dejar hasta un poco antes de Semana Santa el nacimiento.

Quita el nacimiento de Emanuel antes –narra- porque, es respetuosa de la Semana Mayor, porque es su muerte misma, aunque para la comunidad cristiana, su crucifixión no es más que un “canto a la vida” porque la vida triunfa sobre la muerte.

La “divinidad extrapolada en persona” es lo que siente la artesana de la Navidad cuando familiares y amigos tocan la puerta de su hogar para ver sus decoraciones. “Siento algo divino, la gracia de Dios que me llega a la casa, cuando yo puedo mostrarles el nacimiento, mostrarles a Jesús viniendo al mundo, yo tengo hasta mi Biblia porque en San Mateo está el nacimiento… Voy evangelizando a través de la Navidad a jóvenes que muchas veces no saben”.

La anfitriona se ha esmerado en crear una ambientación navideña que invita a la reflexión y al espíritu de la época.

Se siente "fuera de este mundo" cuando sin la ayuda de otra persona está “armando” los adornos navideños. “Me siento espiritualmente transformada, transmitirme en Belén, en Nazaret, cuando Herodes hace sus desacatos, en todas esas cosas yo me voy transmitiendo, me siento que estoy en el mundo antiguo cuando nació Jesús… Y me siento feliz”, expresó.

PROCESOS DIFÍCILES

La muerte de su esposo y el accidente de uno de sus hijos es la confirmación de siempre creer en Dios y confirmar el versículo bíblico de que “todo es posible para el que cree”.

A los dos meses de la muerte de su esposo, su hijo mayor se accidentó en una moto en la avenida 27 de Febrero con Abraham Lincoln. Los médicos en el país dijeron que le iban a amputar una de sus piernas, pero fue llevado a Estados Unidos, donde  permanecieron por tres meses para así poder salvarle su extremidad inferior.

Con voz entrecortada y con los ojos aguados recuerda un episodio donde al ver su hijo llorando “abrí mis brazos al niño divino y le dije le encomiendo la pierna de mi hijo, cuídamelo. Tú eres que me lo va a tratar… Y a mi hijo se le salvó la pierna, y anda por ahí vivito y coleando”.

A pesar de que “yo tuve unos momentos difíciles, Dios me dio el poder y la gloria de yo poder rebasar todo eso y con valentía”, expresó.

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