HORRENDO CRIMEN EN BARAHONA: Muerte del doctor Fello Mèndez
Por el Dr. José Rafael Campos Navarro
Artículo recibido vía WhatsApp.
Noticiario Barahona, 28 Noviembre, 2024.
El Doctor Rafael Méndez y Méndez quintaesencia de las inquietudes idealistas de la juventud de Barahona e hijo mimado de esta sociedad, por su bondad de corazón su integridad y su hombría de bien, fue salvajemente asesinado en un Jeep mientras celebraba en jubiloso, pero ordenado desfile, la noticia del desplome del Tercer Tirano [Balaguer], que ha usurpado en los últimos nueve meses el poder público y las libertades del noble y sufrido pueblo dominicano.
Mientras el Doctor Méndez, risueño y con las manos en alto en expresivo gesto de inermidad y respeto, les decía a los uniformados asesinos que le habían dado el alto: "soy el fiscal déjenme explicarle", descargas de fusil y ametralladora segaban su preciosa vida y producían heridas a varios de sus acompañantes entre los cuales se encontraban el Juez de Instrucción Dr Pablo Féliz Peña, el Magistrado Juez de la Corte Doctor Beltrán Pérez Espinosa, Ricardo Bello el Bombero [Ciclón], Julio Díaz y El Barbero Gonzalo Castillo.
Doctor Rafael /Fello) Méndez Méndez
El advenimiento de la libertad fue, pues, en Barahona, como un parto inmerso en el más cruel y entrañable dolor. Ningún otro hecho podría justipreciar en Barahona Juan inmenso es el valor de la libertad, como la inmolación de quien al anunciarla y festejarla no conforme con haber sido un héroe de la lucha por esa libertad, ofrendó la suprema moción de su vida, para escalar la altura de aureola la sangre de los mártires.
El corazón de Barahona palpitó al unísono con ritmo de dolor y espasmo de angustias. Nadie en Barahona, recordaba un duelo más profundo ni más reverberante indignación de un pueblo lacerado en la pureza de su amor a uno de sus hijos predilectos. El Doctor Rafael Méndez eligió en su breve paso por la vida, un altar en cada corazón y sobre él colocaba el ánfora impoluta de sus sentimientos con una lumbre de amor y de bondades que inspiró todos los quehaceres de su vida y rasgará las oscuridades del olvido a través de los años. En medio del rictus doloroso del lamento se oían los clamores del pueblo pidiendo justicia y que se diga, por fin, BASTA YA, a la barbarie.
Entre tanto, las multitudes, buscando escape a la incontenible exaltación nacida de la tortura de su espíritu, descargaron su furia sobre conocidos esbirros y sus propiedades, mientras los índices acusadores coincidían en responsabilizar a un alto oficial de la Aviación Militar Dominicana, de los crespones de duelo que impedían el flamear airoso a las banderas de la libertad.
Se señala que hubo en ese monstruoso e imperdonable crimen, fría premeditación, y, una prueba irrevocable de ello es que hace pocas semanas, y así fue denunciado al Presidente y el Procurador General de República, el Doctor Méndez en altas horas de la noche y al llegar a la puerta de su casa, escuchó palabras soeces y promesas de exterminio, mientras surgían de las sombras de la noche, quienes proferían las amenazas que no eran otros que dos miembros de la Aviación Militar Dominicana, quienes esgrimiendo sus bayonetas con ímpetu homicida, y creyéndolo indefenso, avanzaron rápidamente sobre el Doctor Méndez, quien pudo desbandarlos al empuñar a tiempo su revolver de reglamento.
Los militares en referencia, usando una excusa increíble y baladí, alegaron una confusión con el Doctor Campos, Presidente de la Unión Cívica Nacional en Barahona, a quien dijeron se proponían asesinar.
No conforme con el informe infamante crimen que manchó de sangre la Patria en el día de su liberación, miembros de la AMD se personaron con ánimo agresivo en el mismo mortuorio donde se había dado cita todo el pueblo de Barahona, determinando el rastrillaje amenazador de las mortíferas ametralladoras, la desbandada precipitada de los asistentes, sufriendo grandes atropellos, hombres, mujeres y niños.
Y no podía terminar este luctuoso reportaje sin referirme a los momentos que siguieron a la entrega a la tierra del féretro envuelto en la gloriosa enseña nacional, honrado con las salvas de las voces que repetidas veces entonaron notas del himno de la Patria y paseado en hombros del pueblo a todo lo largo del trayecto hasta el camposanto. En este, el duelo fue despedido con palabras que eran sollozos, por los Doctores Espinosa, Gómez y Campos, por el Señor Negro Suero y por un representativo de Azua, comunidad digna y ampliamente representada.
Lágrimas de hombres y mujeres brotaron incontenibles y rindieron un homenaje más emocionante que el toque de silencio que se ofrenda a los héroes y a los mártires de la libertad. Y alrededor del holocausto de un muerto, todos gritamos reverenciándolo: QUE VIVA SANTO DOMINGO LIBRE!
* Periódico Unión Cívica del 24 de Enero del año 1962, página 3.
VGP/vgp 25 de Noviembre 2024
Artículo reproducido y publicado por Noticiario Barahona en su edición correspondiente al jueves, 28 de noviembre del 2024.-
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