Los Casabes: pobreza extrema, falta de agua, insalubridad y polvo
Unas cincuentas familias sobreviven en una especie de cementerio de gentes vivas en el antiguo Batey de Los Casabes./Foto Jorge González
Por Jorge González / Fuente. El Nacional
EN SANTO DOMINGO NORTE, Sàbado 21 Sept., 2024: Sin importar el tiempo, las súplicas ni las oraciones, menos aún los Gobiernos y autoridades municipales que han pasado; la pobreza, el hambre, el hacinamiento, la insalubridad, la falta de agua potable y las penurias siguen empeorando la vida de la gente de esta localidad llamada Los Casabes, en Villa Mella, Santo Domingo Norte.
El polvo que levantan los camiones transportadores de basura amenaza la salud de la gente de Los Casabes./Foto Jorge González
El polvo que levantan los camiones transportadores de basura amenaza la salud de la gente de Los Casabes./Foto Jorge González
Para escribir sobre este sector solo hay que buscar los reportajes o noticias de las últimas tres décadas de esta barriada, en las versiones digitales de los diarios impresos, sombrear los resultados y darle copiar y pegar, y tendremos informaciones que nos describen una comunidad que más bien parece fronteriza o africana por las características de su forma de vida.
Los Casabes es una paupérrima localidad, sin acceso al agua potable, y en algunos sitios ni letrinas hay. Tienen acceso medianamente a atención médica primaria, pero no poseen fuentes de ingreso fijas. La gran mayoría de sus pobladores, muchos de ascendencia haitiana viven del buceo (recoger cosas que se puedan vender de la basura) en el vertedero de Duquesa que es la mayor fuente de sustento del lugar.
“Aquí hay déficit de todo. No tenemos aguas, no tenemos doliente y es mucha la contaminación que pasa por ahí, para nosotros no tener ni siquiera agua para bañarnos. Pedimos al Presidente y al ayuntamiento que miren a Los Casabes que en verdad los necesitamos de urgencia”, clamó Mayra Selma.
Con sus propios recursos están haciendo un pozo para extraer agua en el lugar donde hay un molino, pero todo está a media ya que por la compra de una manguera y unos tubos pvc no han podido terminar.
“En los Casabes solo hay, basura contaminación, calor, hambre y desesperanza”, dijo Juan Antonio Sánchez.
Pero hay que destacar que este barrios hay decenas de negocios que se dedican a comprar todo lo que se pueda reciclar.
Pero cuando se cree que toda va mal. Las cosas pueden ser peor. Es el caso de El Molino como se le llama a lo que fuera en el pasado el batey de Los Casabes, que es el sector donde se encuentra el punto más paupérrimo de la localidad. Son una especie de barrancones sin letrinas en donde viven una 50 familias con aproximadamente 200 personas en su mayoría niños.
El Molino y el agua
El Molino de Los Casabes era la fuente para conseguir agua, pero ahora está dañado./Foto Jorge González
En el ambiente un fuerte olor putrefacto, tierra muy irregular y casas de concreto, cinc y madera pintada del color característico de la pobreza. En sus alrededores, madres y abuelas vigilan a los niños y niñas que se pasean semidesnudos por el contaminado espacio lleno de moscas y mosquitos.
Lo más normal
Durante todo el año, todos los días desde la 6:00 de la mañana hasta la 8:00 de la noche el ruido ensordecedor, el monóxido de carbono, la densa polvareda que crean los camiones que entran y salen del vertedero de Duquesa, ligado a los malos olores que hay siempre en el ambiente es lo único que han obtenido del Gobierno y la empresa que maneja el depósito de basura.
Desastre de carretera
La carretera de Los Casabes, que es la principal vía de acceso al vertedero de Duquesa y es la vía que da vida al sector del mismo nombre en Santo Domingo Norte por más de dos décadas ha estado desecha e intransitable convirtiéndose además en una fuente de contaminación de todo el lugar.
A mediados del 2022 los ministerios de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), y de MedioAmbiente y Recursos Naturales iniciaron los trabajos de construcción de la citada carretera, y la esperanza lleno a todos los pobladores de Los Casabes que pensaron que sus vidas cambiarían.
Pero no fue así. La construcción de la obra que se haría con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, con un presupuesto de más de 500 millones de pesos, y que sería concluida en unos siete meses ahora está más desecha que nunca y una nube de polvo cubre diariamente todo este sector que colinda con el famoso depósito de desperdicios.
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