Ingeniería en Retroceso: El misterio del "Derrumbao" en San Rafael

Por Solimar Betances 

EN BARAHONA, (Repùblica Dominicana), lunes 08 julio, 2024: En 1957, la compañía estadounidense United States Steel Export Company logró un hito de la ingeniería al construir un puente (Puente Coronel) sobre una fosa de más de cien metros en Ciénaga, Barahona, como parte de la carretera Barahona-Pedernales. 

Esta hazaña, realizada hace 67 años, se considera un desafío notable para la ingeniería de la época; sin embargo, en 2024, la cuestión del "Derrumbao" en San Rafael, una ubicación cercana en la misma provincia, sigue sin resolverse, a pesar de los avances tecnológicos. ¿Cómo es posible que, con todo el progreso tecnológico, aún no se haya abordado este problema?

El destacado periodista Carlos Julio Féliz, en su análisis sobre el tema, publicado en su Facebook, se pregunta: "No acabo de entender cómo es que la compañía estadounidense United States Steel Export Company resolvió el problema de unir este tramo de la carretera Barahona-Pedernales con la construcción de este puente sobre una fosa de más de unos cien metros, en 1957, en Ciénaga, Barahona. Todo un reto de la ingeniería para la época. 67 años después (con todo y tecnología) no se ha podido resolver el problema del 'Derrumbao' a poca distancia, en San Rafael, en la misma provincia. Esto pone en riesgo la vida de viajeros y automovilistas".

Esta reflexión nos lleva a cuestionar la eficiencia y la voluntad de nuestras autoridades y profesionales en el campo de la ingeniería moderna. ¿Qué ha cambiado desde entonces? ¿Es la falta de recursos, de voluntad política, o de innovación lo que nos impide solucionar un problema que afecta directamente la seguridad de los ciudadanos?

El "Derrumbao" en San Rafael no es solo una falla en la infraestructura; es un símbolo de negligencia y un recordatorio de las promesas incumplidas. Mientras que en 1957 se superaron obstáculos significativos para conectar comunidades y fomentar el desarrollo, hoy enfrentamos una parálisis que pone en peligro vidas y obstaculiza el progreso regional.

Es crucial que los ingenieros y las autoridades expliquen, de manera clara y accesible, por qué no se ha solucionado este problema; como sugiere Féliz: "Que los ingenieros lo expliquen como para un niño de octavo grado; porque de verdad que esto no se entiende". Esta simplificación no solo es una petición legítima, sino una necesidad para que la ciudadanía pueda comprender y exigir las soluciones necesarias.

El debate no debe centrarse únicamente en las dificultades técnicas, sino en la capacidad de gestión y en la responsabilidad de quienes tienen el poder de tomar decisiones. Es hora de que se rinda cuentas y se actúe con la urgencia que la situación amerita. La seguridad de los viajeros y automovilistas no puede seguir siendo una cuestión secundaria.

En conclusión, la comparación entre el puente de Ciénaga y el "Derrumbao" en San Rafael expone una paradoja en nuestro desarrollo. Con la tecnología avanzada y los conocimientos actuales, no hay justificación para la inacción. 

Los ciudadanos merecen respuestas y, sobre todo, soluciones efectivas. La historia nos ha demostrado que somos capaces de grandes logros; ahora es el momento de actuar con la misma determinación y compromiso para resolver los desafíos presentes.

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