Por condiciones precarias de escuelas rurales niños reciben docencia al aire libre en San Francisco de Macorís

Estudiantes tomando docencia al aire libre en San Francisco de Macorís.

JUEVES, 13 DE JUNIO, 2024: En las escarpadas montañas de San Francisco de Macorís, una de las principales ciudades de República Dominicana, la realidad de las escuelas rurales se enfrenta a desafíos alarmantes. Padres y profesores denuncian condiciones precarias, desde aulas con riesgo de derrumbe hasta la escasez de espacio y recursos básicos.

En la Escuela María Lajara Henríquez, la situación es desalentadora. Trece alumnos se apiñan bajo una lona azul al aire libre, improvisando un techo ante el peligro de colapso del edificio escolar. A pesar de las adversidades, la determinación de los estudiantes y maestros se refleja en su concentración durante las clases de Matemáticas, impartidas en condiciones desfavorables.

El Ministerio de Educación reconoció que esta escuela no está en condiciones para impartir clases y se comprometió a su remodelación antes del próximo curso. Mientras tanto, los profesores han implementado soluciones temporales, como grupos de WhatsApp para coordinar la asistencia a clases según las condiciones meteorológicas, o refugiarse en tiendas cercanas en caso de lluvia repentina.

Sin embargo, el miedo persiste entre estudiantes y profesores. La falta de estructuras sólidas y la proximidad de fallas sísmicas plantean riesgos adicionales. En otras escuelas, como el Politécnico Pedro Francisco Bono, la paralización de obras de reforma ha dejado edificios rodeados de escombros y acumulaciones de mosquitos, provocando casos de enfermedades como el dengue.

La presidenta de la Asociación de Padres, Madres, Tutores y Amigos de la Escuela, Jennifer Tavera, destacó los peligros eléctricos y de seguridad que enfrentan los alumnos diariamente. Además, la falta de infraestructuras básicas, como comedores en desuso o pistas deportivas deterioradas, agrava la situación.

A pesar de los desafíos, el Ministerio de Educación se ha comprometido a reiniciar las obras de rehabilitación en estos centros y a completarlas antes del próximo curso escolar. Sin embargo, queda claro que se necesitan acciones urgentes para garantizar un entorno educativo seguro y propicio para el aprendizaje en las áreas rurales de San Francisco de Macorís y en todo el país.