No me invitaron, yo feliz.

 

Por Jenny Matos

MIÈRCOLES, 26 DE JUNIO, 2024: Escuchar la perorata quejumbrosa de alguien que su prima se casó y no la invitó a la boda me produjo dolor de cabeza. Imagino que lo que más la lastimó, es que ella fue la alcahueta que los presentó y prestó su casa para guardar las compras. Nadie tiene que estar obligado a invitarle a usted a sus festividades. Mírelo de este modo, para que sea libre y entienda:

Quien no le invita a una boda, mínimo te ahorra un regalo que debe exceder a los RD$2,000.00, más los gastos de vestuario y accesorios. Sin hablar del desplazamiento al lugar y solo se dura dos hora allí.

Quien no le invita para un Baby Shower te ahorró un viaje, aun así, puedes elegir enviarle en regalo al bebé, que no tiene la culpa de nada. 

Quien no le invita a su fiesta de cumpleaños, déjalo celebrar la vida, toma ese dinero y vete a comer a un restaurante o invita a una amiga que tenías mucho que no salías con ella.

Hace unos meses vi llorar amargamente a un familiar, porque una persona a quien en un tiempo bendijo mucho, le ha rechazado muchas veces, 20 años para ser exacto.

Seamos objetivos, no le amarguemos la fiesta a quien celebra su vida, entendí que mi presencia “no es grata” en algunos lugares y para ir recibir ninguneos o vejámenes, que fui yo misma que me lo busqué por andar de presentada y patas sueltas, mejor celebro yo mis propias fiestas y jamás piso por esos lados,  que sigan sus fiestas, que yo estoy haciendo las mías.

Los Matos hemos madurado, hoy somos nosotros contra ese mundo cruel, donde no nos hicieron un lado, en verdad, nos hicieron un favor, así de simple, así de fácil. Así que usted que me lee, deje de estar de llorón y haga usted mismo su fiestón.

A Jesús no lo dejaron entrar al Mesón de Belén y ¿usted se cree más que el Señor?

Juan 1: 11 A los suyos vino, y los suyos no le recibieron.  Si eso fue a Jesús, ¿Qué esperabas?

Te lo explicaré al revés:

En Lucas 14:15-24 nos habla de un señor que invitó a un banquete y todos los invitados pusieron excusa, entonces, envió a sus criados a buscar por las plazas a los cojos, mancos, ciegos, indigentes, etc. y los hicieron entrar. Así es la vida, si los “finolis” no entraron, sigue buscando, más para adelante vive gente.

Que no me invitaron, hahahah y yo feliz.

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