EL COCHE Y LOS NOVIOS

                         

Por Jenny Matos         

MARTES, 18 DE JUNIO, 2024: Juana trabajaba en una institución financiera, era contable y cursaba una maestría en contabilidad internacional. Por su lado, Juan no poseía un trabajo estable. Aunque hablaba un segundo idioma, había iniciado tres carreras y ninguna las terminó, todo lo dejaba por mitad. 

A sus 32 años Juana había comprado su apartamento 5 años atrás, fue entonces, cuando ella decidió comprar su primer coche. Juan con 40 años, estaba entusiasmado con los logros de Juana, no poseía motivación de lucha, en su mente ya tenía una casa, porque su novia era propietaria y ahora era dueño de un vehículo nuevo. 

Juana pensaba en casarse, Juan en comprar accesorios para el carro, que la dueña nunca pudo manejar, ya que el novio había tomado posesión de él. Empezaron las diferencias entre los novios. 

Ella seguía ahorrando, mientras él pensaba en ropa de marca y en tirarse fotos para subirla en las redes con el coche que ahora era de su propiedad, ya que entendía que había invertido en accesorios. Juana decidió concentrarse en remodelar la cocina y fue entonces que Juan apareció con unas baldosas y le dijo: ––Traje las baldosas de cerámica para las paredes de nuestra cocina, con un gesto de arrogancia. (Sucede que se la regalaron y era una oportunidad de aportar). Pero ella ya se había enterado por una llamada, de que era an ella que se la envió una amiga a títulos de regalo, pero él se había tomado la gloria.

En una ocasión, ella quería empezar a manejar y le pidió las llaves de vehículo y se desató una férrea discusión y ella se sintió usada y desposeída, pero cedió. Él se fue en su “coche” y no se supo nada en varias semanas. 

Cuando apareció, se puso genuflexo y le pidió matrimonio con un anillo de imitación. Ella quedó tan pasmada, que no supo que decir durante varios minutos. De su boca salió un “NO”, potente y rotundo y luego espetó: ––Te puedes quedar con el coche. No nos hemos casado y siendo que no arreamos parejo; somos yugo desigual. 

Moraleja: Desde el noviazgo, a veces, la gente ve que tan cargados van a vivir cuando contraigan nupcias. Es mejor romper un compromiso que un matrimonio. Lo ideal es que el noviazgo permanezca y se casen, pero lo que no funcionó mientras…no va a funcionar después. Novio, no es “no vio”, vea ahora, para que después no venga el divorcio. No se puede llamar interesado, a quien es sencillamente realista. Y es que, un hombre joven que no le gusta trabajar para formar su familia, ya dijo que debería quedarse solo, a vivir la vida desordenada que un bohemio le gusta tener. Porque la vida de casados, es una plan de compromiso mutuo.

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