Por un plato de comida
Imagen ilustrativa / Archivo/
Por Yanessi Espinal
LUNES, 30 OCTUBRE 2023: El libro de GĂ©nesis relata la historia de conflictos de los hermanos gemelos EsaĂş y Jacob y cĂłmo el segundo convenciĂł al primero de venderle el derecho ser el hijo primogĂ©nito a cambio de un plato de comida. SegĂşn el relato, un dĂa, cuando Jacob estaba preparando un guiso, EsaĂş llegĂł agotado y hambriento del campo y le pidiĂł de comer. Jacob le solicitĂł a cambio su renuncia a los derechos a la primogenitura, a lo que EsaĂş aceptĂł bajo juramento.
El capĂtulo 25:32 relata el trato entre ambos con estas palabras: “Jacob le dio entonces pan y guiso de lentejas. EsaĂş comiĂł y bebiĂł; despuĂ©s se levantĂł y se fue. AsĂ menospreciĂł EsaĂş el derecho que le correspondĂa por ser el hijo primogĂ©nito”. En la cultura de esa Ă©poca, el primogĂ©nito recibĂa la bendiciĂłn de la primogenitura, la cual abarcaba el derecho de presidir la familia y heredar una parte doble de los bienes y de las tierras de su padre tras su muerte.
Todo eso entregó Esaú a cambio de un plato de comida, probablemente con la mente nublada por el hambre momentánea. El relato muestra que Esaú no era digno de esa distinción porque fue capaz de entregarla por un guiso de lentejas.
En tiempos de campaña electoral, la compra y venta de conciencias para obtener favores y apoyos polĂticos, sin importar el precio que se pague por ello, entra en moda. Aunque son actos repugnantes, tienen algo de bueno, pues no hay nada tan malo que no tenga algo bueno. La parte noble de cada proceso es que desenmascara a un buen grupo de gente que alza la bandera de la moralidad, defensa de la patria y su devociĂłn por los pobres y mil discursos más. Pero como EsaĂş, sucumben a cualquier principio por un plato de comida.
Cada actor, con sus hechos, va redactando la crĂłnica de lo que le depara el futuro en tĂ©rminos polĂticos, que equivale a decir el lugar que le tocará en el reino del poder.
Es obvio que para la mayorĂa de las cabezas visibles, su lugar es el baño, a otro grupo no menor, quizás le corresponda servir en la cocina o limpiar los hoyos del infierno por el que transita la basura. Los menos, muy pocos, se sentarán en el trono. AhĂ llegan solo los que no se venden por un plato de comida.
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